Esperando el incendio

Esperando el incendio es un altar (instalación) que incluye diferentes objetos que hacen alegoría a la menstruación y la fertilidad, como el fruto de la granada, un florero que lleno de vino, unas gotas de parafina moldeadas con fuego y velas que contienen sangre fresca. A medida que el fuego va consumiendo la cera, la sangre va liberándose. En el altar se puede ver una fotografía del rostro de una mujer con expresión fuerte. Esta mujer está dejando salir una lágrima, rompiendo la solidez de su cuerpo. Sobre la fotografía hay un dispositivo que sostiene una cuarta vela, la cual al irse consumiendo va vertiendo la parafina sobre la imagen, velándola. Al final es un ritual para ocultar el rostro. Agregar capas.

Esta instalación es un altar a mi sangre menstrual. Sangre que me ha permitido mirarme y mirar a otras de forma diferente. Sangre que me ha permitido escapar de la mirada masculina.

Es un altar construido a la espera paciente de que algún día se desborden la sangre y el fuego, que se lleven todo. Que lo transformen.